domingo, 15 de noviembre de 2009

LA ESCUELA RACIONALISTA… ¿Cómo fue que llegó a México y cuáles eran sus principios ideológicos?

He asistido a instituciones educativas desde que tenía 3 años. Empecé en el jardín, continué en la primaria, seguí en la secundaria, llegué a la preparatoria y en la actualidad me encuentro en el nivel superior. A pesar de que llevo 16 años de mi vida recibiendo una formación a partir de un modelo educativo no había descubierto que mi formación académica y personal se ha ido dogmatizando, y eso no solo ha ocurrido conmigo sino que, de igual manera, le ha estado pasando a las personas de todas las sociedades desde siglos atrás.

¿Recuerdan lo mencionado en Francia por Condorset? Por si lo olvidaron, él planteaba que las escuelas no deberían convertirse en espacios de adoctrinamiento, sino por el contrario, debería permitírsele al individuo actuar libremente y adoptar el punto de vista que mejor le pareciera. Ahora bien, un español llamado Francisco Ferrer Guardia recuperó esas ideas y las incluyó en lo que dio a conocer como: la Escuela Moderna. Gracias al apoyo económico de la señorita Ernestina Meunier, una dama rica que fue su alumna, Ferrer Guardia logró fundar en Barcelona, España la primera escuela que concebía una corriente anticlerical y pretendía liberar las mentes de la ignorancia y los dogmas. Puso en marcha su proyecto en 1901 y por azares del destino, en 1909, los poderosos de ese entonces consideraron conveniente aniquilarlo porque Guardia estaba consiguiendo que más personas pensaran con “su propia cabeza” y ya no con “la de los demás”.
Una vez muerto Ferrer Guardia sus ideas y pensamientos libertarios se dieron a conocer en distintas partes del mundo, llegando hasta nuestro país en el pleno auge de nuestra Revolución Mexicana. Fue así como en México se implementó este tipo de escuela (ahora denominada Escuela Racionalista) en los estados de Yucatán, Tabasco y Veracruz; el profesor José de la Luz Mena se encargó de fundar y defender la escuela racionalista en Mérida, creando la escuela de Chuminópolis que era donde se reproducía esta ideología que pretendía liberar a los individuos. Además él fue el encargado de darle promoción a este tipo de educación a nivel nacional, o cuando menos intentar que muchos más mexicanos lo conocieran En fin, hay mucho que hablar al respecto; por ejemplo, cómo se concebía esta propuesta educativa en el México de entonces; qué esfuerzos realizó de la Luz Mena para dar a conocer y preservar este tipo de escuela ante los revolucionarios y gente interesada en el cambio; cuáles fueron los argumentos que sostenía Mena para incluir la enseñanza “racional” en el art. 3ro; cómo fue decayendo la escuela racionalista hasta desaparecer; y cosas así… Sin embargo considero conveniente centrarme en explicar las pautas que seguía esta forma de educación y relacionarla con lo que podríamos lograr si se aplicara en la actualidad.

Primeramente la escuela racionalista se basaba en la razón (he ahí el por qué de su nombre) y tenía como lema “ayúdame a aprender”. Las respuestas a las preguntas de los alumnos no debían buscarse en explicaciones religiosas que sólo envilecían el espíritu y robaban la libertad de los niños; tampoco podían venir del Estado, porque enajenaba al individuo a través de un monopolio oficial ejercido en el campo de la educación; el alumno, con base en la ciencia experimental, debía indagar en la realidad, acompañado de un permanente espíritu crítico; fue por eso que en este tipo de escuela se hacía uso del “excursionismo” como una forma de aprender por medio de la observación y la interacción directa con la naturaleza. No contaban con planes ni programas que regularan su educación, sino que la enseñanza la dictaban y guiaban las necesidades e intereses de los alumnos constituidos en una comunidad de trabajo cooperativo y productivo. Esta ideología no se separa en ningún momento de los conocimientos científicos, sino que la ciencia se trabaja ordinariamente en la búsqueda de una explicación lógica y coherente del mundo que nos rodea, liberándonos así de todo dogma. Además, la escuela racionalista también se encargaba de preparar a las personas para ser autosuficientes; por ejemplo, les enseñaban oficios como carpintería, cocina, el cuidado de la tierra y demás actividades que les permitieran no depender de nadie y ser productores de su propio consumo; esto no con el afán de hacerlos superiores sino ser independientes y ayudar en cuanto a sus habilidades a los demás.

¿Se pueden dar cuenta de todo lo que nos ofrecía este tipo de escuela? En pocas palabras tenía como propósito ¡hacernos libres!, preparándonos así para una sociedad sin clases sociales. Si las intenciones de esta nueva forma educativa eran completamente buenas y convenientes para el proletariado, entonces, ¿Por qué no se institucionalizó la educación racionalista? ¡Exacto! Porque en caso de hacerlo habría más pensadores y eso no convenía a ningún burgués, a ningún cura ni a ningún político. Ahora bien, hasta cierto punto entiendo y estoy de acuerdo que para que haya orden y paz dentro de una sociedad se debe controlar la forma de pensar de los habitantes de ésta con el fin de buscar su tranquila coexistencia y progreso mutuo; pero esa tranquilidad y esas buenas intenciones se pierden por completo cuando aquellos que “nos ayudan” adoctrinándonos son los que se valen de nuestra ignorancia para aprovecharse de todos nosotros. En cierta ocasión, un profesor me dijo algo como lo que a continuación cito:

“el conocimiento es poder, y entre más sepas mayor oportunidad de controlar tendrás”

Y he ahí la respuesta a todo. Si se permitiera educar a los niños de todo el país en base a los principios de la escuela racionalista, se estaría formando una nueva generación de pensadores; personas que usarían su cerebro para cuestionar todo lo que está frente a ellos y que no se dejarían engañar tan fácilmente. Es por eso que se ha optado por el “adoctrinamiento disfrazado” mostrándonos modelos educativos que, lejos de emanciparnos, continúan acorralándonos en cercas que no permiten nuestro libre tránsito por la vida; por tal motivo comencé mi escrito de esa manera, expresando mi desconocimiento de todo eso que ha habido detrás de mi educación a lo largo de mi vida y de la cual llegué a adaptarme y acostumbrarme.

Tal vez todo lo que he escrito aquí tiene alguna postura dogmática y ni cuenta me he dado; difícilmente podemos confiar en algo o en alguien en estos tiempos. Pero aún así estoy seguro de que es lo menos adoctrinado que pude haber escrito, porque a pesar de que escuché el punto de vista del maestro de esta materia, y después de haber leído lo que hicieron Ferrer Guardia y de la Luz Mena, he podido crear mi propia interpretación de la realidad, sin decírseme que es lo que debería pensar. Quizás en la actualidad sea muy difícil implementar a gran escala el proyecto de la Escuela Racionalista y más porque respondemos a un modelo educativo mundial, pero aún así tenemos la oportunidad de hacer consciencia de qué es lo que estamos viviendo y en base a ello transmitir esa ansiedad de libertad que tanto se ha anhelado por siglos enteros; para ello debemos deshacernos de todo prejuicio y no ser presa fácil de la mentira. Recordemos lo que en cierta ocasión nos compartió Guiomar Namo de Mello, cuando dijo que:

"Conocer es, en ese sentido, dar un paso fundamental en dirección de la libertad de pensar, del libre ejercicio de la crítica, del abandono de nociones mágicas o supersticiosas sobre el mundo y las personas. Conocer el mundo es apropiarse de él y no ser presa fácil de la mentira, de la ilusión, del oscurantismo, de la demagogía, de la mistificación, del sectarismo ideológico..."


Una vez teniendo claro esto podremos entender más que es la libertad y en base a ello buscar las formas para acabar poco a poco con eso que nos hicieron creer a toda la masa; que lejos de ayudarnos nos ha hecho más ignorantes y dependientes de aquellos pocos que verdaderamente tienen todo el poder…