miércoles, 23 de septiembre de 2009

El carácter laico de la educación y las reformas al artículo 3ro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Como recordaremos, el 5 de febrero de 1857 se llevó a cabo en nuestro país la promulgación de una nueva Constitución durante la presidencia de Ignacio Comonfort, la cual estableció políticas liberales tales como: libertad de expresión, libertad de conciencia, libertad de asamblea y la libertad de levantarse en armas. Garantizó libertades básicas civiles a los mexicanos; reafirmó la abolición de la esclavitud; eliminó la prisión de deudor; separó la educación de la religión; y disminuyó el poder de la iglesia católica. Lo que aquí nos interesa es saber qué se estableció respecto a la educación; es por eso que recalcamos que en su artículo 3ro. señaló que la enseñanza debería ser libre de todo dogma, es decir, que la intervención religiosa debería quedar excluida de las instituciones educativas. Ahora bien, esto nos va llevando a los principios que se tienen del término “laico”, pero el origen de esta palabra y su significado se remontan mucho tiempo atrás y en otra parte del mundo.

El término laico aparece en la historia a partir de la Revolución Francesa, cuando se pretendió que el pueblo fuese quien dirigiera el destino de la República y ya no fueran solo unos cuantos. Sin embargo esta palabra proviene del griego “laos” y significa “alguien del pueblo” o “pueblo llano” y hace referencia a que no hay privilegios para algo o alguien en particular; que no hay preferencias de ni un tipo ni una postura determinada; a pesar de esta definición, causa cierto asombro y curiosidad saber que en un principio este término se aplicó en las iglesias. Bueno, volviendo a la educación, en ese país hubieron dos propuestas muy importantes al respecto: una era lo planteado por Condorset al decir que las escuelas no deberían convertirse en espacios de adoctrinamiento, permitiéndosele al individuo actuar de manera libre y educarse a como mejor le pareciera y la otra fue lo dicho por Le Peletier que consistía en que la escuela debería ser obligatoria y que era necesario que estuviese regida por el estado. Con estados dos propuestas podemos ver que la ideología de Le Peletier mantenía una actitud adoctrinada por lo tanto no podía ser laica, pero como esa idea radical favorecía a la burguesía, indiscutiblemente fue la que ganó y se aplicó.

Volviendo a lo que en un principio estábamos planteando: ¿En qué nos quedamos? ¡Ah sí! Estábamos con lo de la constitución en nuestro país. Bueno, resulta que la constitución de 1857 siguió en vigor hasta poco después del movimiento armado originado por la revolución mexicana. Sin embargo Venustiano Carranza, en su carácter de primer jefe del Ejército Constitucionalista, convocó en diciembre de 1916 al Congreso Constituyente para presentar un proyecto de reformas a la Constitución de 1857. Él consideraba que muchos de los puntos que abarcaba la anterior constitución eran de carácter abstracto y especulativo, ya que no se apegaban a la realidad ni a las necesidades existentes en cada uno de los mexicanos. De esta manera realizó ciertas modificaciones y al art. 3ro le agregó otras pautas entre las que destacan que la educación debería ser libre, laica, gratuita y obligatoria. Fue así como el 5 de febrero de 1917 fue promulgada por el Congreso Constituyente reunido en la ciudad de Querétaro, y hasta nuestros días es la actual ley suprema de la Federación mexicana. Cabe mencionar que muchas de las modificaciones que se le hicieron a la antigua constitución fueron producto de las ideas aportadas por la revolución mexicana; era la esencia de lo que nuestros antepasados anhelaban vivir y que gracias a su valiente lucha logró hacerse posible. ¡Gracias bisabuelitos!

A pesar de que con lo antes mencionado podemos darnos un buen reservorio de información, les comento que eso no fue todo ya que ese artículo 3ro de nuestra Constitución ha sufrido numerosas reformas las cuales se han ido acoplando a los tiempos y formas de vida de la sociedad. La primera se efectuó el 13 de diciembre de 1924 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas y fue presentado por los diputados del Partido Nacional Revolucionario; en esa ocasión se recalcó que la educación que impartía el estado debía ser de carácter público, ajeno a toda doctrina religiosa, que debería estar basada en la verdad científica, fomentaría la solidaridad nacional y deberían haber ciertas restricciones a los particulares si éstos no se apegaban a los planes y programas establecidos por la Federación. Una segunda reforma se llevó a cabo el 30 de diciembre de 1946 por el ex presidente de México Miguel Alemán Valdés; en esta ocasión se hizo mención, por vez primera, que la educación impartida por la federación-estado-municipio tenderá al desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano, así como fomentar el amor a la patria; además se indicó que ya no sólo la solidaridad se limitaría al ámbito nacional, sino que se extendería a lo internacional respetando así a los individuos de naciones extranjeras, y se indicaba que la educación buscaría el progreso científico luchando contra la ignorancia. La tercera reforma al artículo tercero fue efectuada el 9 de junio de 1980 a cargo del ex mandatario José López Portillo; esa ocasión fue histórica ya que fue en esa ocasión cuando se le dio autonomía a las universidades y a las demás instituciones de educación superior. La cuarta reforma se llevó a cabo el 28 de enero de 1992 por Dahten Rodríguez Jaime y aquí se precisó el carácter laico en la educación, además definió que el concepto de escuela primaria, secundaria y normal debería seguirse ajustando a los programas establecidos por la federación, recalcándose que la educación debería ser gratuita y obligatoria. Una quinta reforma fue dada a conocer el 5 de marzo de 1993 a cargo del ex presidente, “el innombrable”, Carlos Salinas de Gortari; ese individuo (por no llamarlo de otra manera) señaló los diferentes niveles y modalidades de la educación, enmarcando el preescolar, la primaria y la secundaria; también indicó que la educación superior procuraría el desarrollo de la nación, además de apoyar la investigación científica y tecnológica permitiendo así el fortalecimiento y la difusión de la cultura. La sexta reforma se anunció el 12 de noviembre del 2002 por don Vicente Fox Quesada; él planteó que eran sumamente necesarias la educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, siendo estas tres últimas las que conformarían a la educación básica, siendo esta obligatoria.
Además de estas reformas oficiales, en los últimos años se han llevado a cabo dos propuestas más las cuales solo han quedado en eso, en propuestas debido a que parten de supuestos que afectarían a distintos agentes los cuales no están dispuestos a dejarse vencer fácilmente. Por ejemplo el 29 de abril del 2008 se propuso fortalecer el principio de la gratuidad a través de mecanismos para fomentar la participación social en la educación; esto nos da a entender que si constantemente intervienen distintos agentes en la educación (en este caso particulares u organismos independientes) y si estos quieren invertir en las escuelas, entonces en algún momento dado querrán recibir algo a cambio, en ese sentido se pierde el carácter de gratuidad que se maneja en la constitución. Tengo entendido que surgió otra propuesta apenas en este año 2009 en el cual se planteó hacer crecer la educación básica pero hacia los niveles más altos, es decir que partiera de la primaria hasta el bachillerato, pero por ahí (según me contó mi profe Sebas) las educadoras de preescolar “pegaron el grito” porque no estaban dispuestas a que se les desconociera, ya que ellas también tienen su misión en el quehacer educativo.

En fin. Considero que con lo antes mencionado podemos darnos una idea clara de lo que ha sido la evolución del carácter laico en la educación de nuestro país, así como las adecuaciones y agregados que se le han hecho al artículo tercero de nuestra carta magna con el fin de recibir una educación que satisfaga las exigencias de la sociedad de acuerdo a las circunstancias (tiempo, modo y lugar) en la que se esté viviendo.

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